Los detalles de la demolición del Son Bou, uno de los hoteles ilegales que resisten en la costa de Lanzarote
![El hotel Son Bou, en Playa Blanca (Lanzarote).](https://static.eldiario.es/clip/1ac38e0c-6d74-402b-8986-01ddd964f611_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)
En el corazón de Playa Blanca, el hotel Son Bou parece un complejo turístico más. Los coches de alquiler se amontonan a sus puertas y un puñado de turistas toma el sol en tumbonas de colores alrededor de la piscina. La misma estampa se repite en los edificios de alrededor, todos ellos dedicados al turismo. Sin embargo, algo es diferente en el Son Bou. En su fachada no hay ningún letrero que permita identificarlo. Tampoco tiene recepción. Para acceder solo hay dos opciones. La primera, entrar por una rampa que da a una zona común. La segunda, atravesar un pasadizo subterráneo que lo conecta con el hotel de gran lujo Princesa Yaiza. Los establecimientos tienen dos elementos en común: su propietario es el conocido empresario Juan Francisco Rosa y ninguno ha dejado de funcionar a pesar de ser ilegales.
La licencia para levantar este hotel de 3 estrellas en la antigua parcela ''E'' del Plan Parcial Costa Papagayo, en el municipio de Yaiza, fue concedida en 1998 por el exalcalde Juan Francisco Reyes, ahora en prisión por corrupción. Ese año, el político impulsó de golpe más de 1.500 plazas turísticas como parte de un plan para enriquecerse durante el ejercicio de su cargo, haciendo de su puesto al frente del Ayuntamiento “una manera de hacer negocio”. Así se desprende de la sentencia del caso Yate, que anuló múltiples licencias concedidas a los promotores de forma irregular. Entre ellas, la del Son Bou.
Reyes aprovechó que gobernaba la joya urbanística de Lanzarote para patentar ''el urbanismo de promotor''. El alcalde pedía dinero a los empresarios que tenían intereses urbanísticos en Yaiza con la excusa de “agilizar los trámites para otorgar licencias”. Sin embargo, omitía requisitos clave cómo la autorización turística o los informes jurídicos. Muchos de los complejos turísticos que funcionan en el municipio en la actualidad son resultado de esa etapa oscura del Ayuntamiento. Es el caso del Papagayo Arena.
En los últimos años, el propietario del Son Bou, Juan Francisco Rosa, ha intentado legalizarlo. La última estrategia pasó por pedir una ampliación del Hotel Princesa Yaiza para poder incluir en él el complejo de apartamentos, pero la propuesta no salió adelante. En 2024, el Ayuntamiento de Yaiza encargó un complejo informe técnico que establece cómo tendría que ser la demolición del Son Bou para que el edificio pueda ajustarse a la legalidad urbanística del municipio.
El doble de plazas permitidas
Este informe técnico, firmado por el arquitecto Maximiliano Valero Padilla, concluye tras una visita al apartahotel que los planos aportados por la propiedad en relación con el estado actual del edificio ''no se corresponden con la realidad física del inmueble comprobada en la visita''. La edificación, destinada en su totalidad a uso hotelero, tiene tres plantas de altura sobre rasante y dos bajo rasante respecto a la vía pública. Construido en forma de “L”, cuenta con 55 habitaciones de 85 metros cuadrados, piscina, solárium, gimnasio, vestuarios, varias zonas comunes y zonas privadas para los empleados.
Según el documento, al que ha tenido acceso este periódico, el Cabildo de Lanzarote ha dado de baja la licencia de actividad inicial de apartahotel. La construcción, tal y como se recoge en el informe al que ha tenido acceso este periódico, tampoco se ajusta a lo permitido por el Plan General de Ordenación de Yaiza. El Son Bou duplica la capacidad permitida, con 220 plazas frente a las 111 establecidas en la normativa.
La superficie edificada también supera en más de 6.000 metros cuadrados la recogida en la norma municipal. Mientras que la superficie edificable es de 3.333 metros cuadrados, el estado actual de suelo ocupado asciende a los 9.427,26 metros cuadrados.
Propuesta de derribo
A petición del Ayuntamiento de Yaiza, el informe técnico plantea de qué forma tendría que ejecutarse la demolición parcial del hotel Son Bou para que se ajuste a la legalidad. También incluye una serie de obras de acondicionamiento de la parte ya edificada que permanecería en pie. Según un escrito presentado a los tribunales por la defensa de la corporación municipal, es la propiedad del hotel la responsable de elaborar el proyecto de demolición parcial de conformidad con el contenido del informe técnico encargado por el municipio.
Asimismo, es la empresa la que debe ejecutar materialmente el derrumbe “sin más dilaciones” contratando a una empresa que cuente con “medios humanos y materiales suficientes” para llevarla a cabo. El escrito fue presentado el 18 de noviembre de 2024 a la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) y establece un plazo de 30 días hábiles para que el hotel decida si acepta o no la demolición propuesta y de seis meses para presentar el proyecto de derrumbe parcial.
Una vez obtenida la licencia de demolición, la propiedad tendrá 18 meses para su ejecución material. Si no se cumplen estos términos, el Ayuntamiento de Yaiza intervendrá de forma inmediata y se encargará de ejecutarla ''sin perjuicio de la repercusión a la propiedad del Hotel de los costes asumidos''.
La propuesta no plantea ninguna modificación en la planta -2, pero sí en las demás. En el piso -1 indica que debe reducirse la superficie computable destinada a zonas comunes de clientes a un salón de 83 metros cuadrados. Para que la planta sótano sea considerada como tal y no como planta baja, debe enterrarse parcialmente su fachada para que el techo esté a menos de 0,70 metros por encima del nivel de la cota de suelo o rasante, reduciendo la superficie destinada a solárium alrededor de la piscina.
En esta línea, las salas destinadas a gimnasio y vestuarios deben convertirse en salas de servicio interno del hotel. Por otra parte, también se mantiene el túnel que conecta el Son Bou con el hotel Princesa Yaiza.
Las demoliciones comienzan en la planta 0. El informe propone demoler todo el cerramiento vertical de fachada en el 76% de su perímetro y crear una planta diáfana abierta, derribando todas las divisiones interiores y toda la carpintería de cerramiento. El plan también convierte en zonas comunes para clientes la oficina de la planta baja y un cuarto de servicios e indica la demolición y retirada de la pérgola de acceso al edificio.
En la planta 1, se debe demoler de forma parcial el cerramiento vertical de fachada de todo su perímetro, con el fin de cumplir con la ordenanza municipal. Debe convertirse en una planta diáfana y demoler así todas las divisiones de tabiques internas y aseos existentes. En los pasillos se tiene que eliminar por completo el forjado de cubierta y retirar todas las carpinterías.
En la planta dos, se debe demoler completamente la cubierta existente del edificio. El informe recoge la eliminación del forjado de cubierta y del forjado del suelo, que compone la cubierta de la planta 1 según lo indicado en los planos. Se deben eliminar “cerramiento vertical, carpinterías, divisiones interiores, núcleos de baños, sanitarios, jardineras…”. El resultado final debe ser una cubierta transitable donde se colocará la instalación fotovoltaica existente. Por último, “se debe reconfigurar la distribución de las habitaciones para garantizar las 111 plazas habilitadas para esta parcela”.
0