Los vinos rosados están experimentando un auge sin precedentes y hoy ya podemos hablar sin miedo de ellos como una opción sofisticada y versátil en el mundo vinícola. En España, la calidad de los rosados ha aumentado significativamente, con bodegas como Murrieta, Muga y Chivite liderando una gama prémium que combina perfección enológica y diseño innovador.
La tendencia se inclina hacia rosados más pálidos, secos y frescos, con énfasis en la sostenibilidad y la producción de vinos ecológicos, aunque los rosados con estructura y alma de tinto, que se acercan al concepto de clarete, también están ganando terreno. Aquí es donde nuestros enólogos se llevan la palma, experimentando con variedades de uva menos comunes y técnicas de elaboración más complejas, creando rosados con más cuerpo y carácter.
Esta evolución ha posicionado a España como el primer exportador mundial de vinos rosados, aunque el reto ahora está en aumentar el valor de las exportaciones. Beth Willard (Co-Chair de Decanter World Wine Awards) ofreció el pasado martes una cata magistral de rosados nacionales en el marco de Madrid Fusión The Wine Edition. Una degustación que puso de manifiesto las posibilidades gastronómicas de estos vinos elegantes y sutiles, cada vez más apreciados dentro y fuera de nuestras fronteras, pero, sobre todo, habló del buen momento en el que se encuentran los rosados españoles.
La australiana destacó que España está experimentado una nueva oleada de rosados de calidad. "No he visto este progreso en la calidad en otras partes del mundo", dijo. Durante la cata, Willard realizó un recorrido por diferentes regiones del país basándose en los informes que desarrolla junto al prestigioso crítico de vinos Tim Atkin. "Hay un crecimiento importante en ventas de rosado en el mundo, pero el segmento sigue siendo bastante pequeño y estamos muy por detrás de Provenza; además es un mercado que se guía por la temporalidad, se vende más rosado en verano". Un mercado complicado, pero, según la experta, con cada vez más muchas oportunidades gastronómicas por su versatilidad y carácter todoterreno.
Vinos fermentados en ánforas, criados en hormigón, elaborados con variedades minoritarias e incluso con largas crianzas. Estos son, según la experta, las ocho referencias que mejor reflejan el buen momento de los rosados españoles.
Arquitón, de Las Pedreras
Arquitón es un rosado excepcional elaborado por Las Pedreras bajo el paraguas de la D.O.P. Cebreros a partir de garnacha de viñedos de más de 70 años, plantadas a 900 metros de altitud en el Valle del Alberche, en plena Sierra de Gredos. Este vino refleja la filosofía artesanal de sus creadores, Bárbara Requejos y Guzmán Sánchez. Fermentado con levaduras indígenas y criado seis meses en barricas francesas, Arquitón destaca por su espectacular nariz floral y sus sutilezas silvestres. Su textura tensa y compleja confirma su calidad superior. Se trata de un rosado que combina delicadeza y frescura con profundidad y seriedad, representando la excelencia de la garnacha de Cebreros. Un vino que desafía las expectativas y eleva el prestigio de los rosados españoles. Precio: 28,95 euros.
Casalasierra, de Máximo Abete Guerinda
Elaborado en San Martín de Unx, este vino refleja la filosofía artesanal y familiar de la bodega de Máximo Abete, fundada en 1998. Con aromas y sabores que evocan frutas rojas y gominolas, Casalasierra se caracteriza por su frescura y carácter goloso. Este rosado elaborado por sangrado de lágrima a partir de uvas de garnacha de una sola finca, es un ejemplo del giro que la casa ha dado a la expresión vinícola de Navarra, apostando por la calidad y el respeto al entorno en sus elaboraciones. Un vino que promete ser una excelente representación de la tradición y modernidad que caracterizan a esta bodega, a un precio insuperable. Precio: 6,85 euros.
Pieza la Moza Rosado, de Balldovar 923
Un rosado de montaña que refleja la esencia de la Serranía del Alto Turia en Valencia. Elaborado con mínima intervención, proviene de viñedos de bobal y tempranillo situados entre 800 y 1200 metros sobre el nivel del mar. Su color coral con reflejos violetas cautiva la vista, mientras que su aroma evoca brisas marinas y frutos silvestres del bosque. En boca, destaca por su complejidad y diversidad de sabores, resultado de un terroir único de más de 60 millones de años y de una crianza de nueve meses en roble, tinajas e inoxidable. Con una producción limitada de 1.825 botellas, este vino ecológico y biodinámico encapsula la frescura, elegancia y mineralidad características de la zona en manos de la bodega Baldovar 923. Precio: 16 euros.
Versos de Valtuille Rosado, de Estevez Bodegas y Viñedos
Un vino excepcional que captura la esencia del Bierzo. Elaborado principalmente con uva mencía, complementada con bastardo y godello viejo, este rosado ofrece una experiencia sensorial única. Su color rojo cebolla pálido anticipa una nariz intensa y fresca, con notas afrutadas y un toque salino. En boca, es suave y agradable, con un equilibrio perfecto entre las variedades. La crianza de nueve meses en barricas de roble francés le aporta complejidad, mientras que su origen en Valtuille de Abajo, considerada la meca del vino en el Bierzo, garantiza su calidad. Con una producción limitada de 1.200 botellas, es un tesoro para los amantes del buen rosado. Precio: 12,90 euros.
Pinpilinpauxa, de Ubeta
Ubeta Garnacha de monte es una bodega familiar de Barillas, Navarra, ubicada en las faldas del Moncayo. Las viñas viejas de garnacha, algunas centenarias, son el corazón del proyecto que combina instalaciones modernas con respeto por el territorio y las tradiciones vitícolas. Elaboran diversos vinos, todos protagonizados por la garnacha, incluyendo este elegante rosado pálido que refleja la filosofía de Ubeta: uvas de viñas viejas parcelarias, cultivo ecológico y métodos tradicionales de elaboración. En solo siete años, Ubeta ha logrado posicionar sus vinos ecológicos en prestigiosos restaurantes de diez países. Precio: 22,10 euros.
Camino Empedrado Merenzao, de Mauricio Lorca
Una interesante expresión de la variedad gallega merenzao, elaborada en la Ribeira Sacra. La variedad, conocida por su delicadeza y su intensidad aromática, destaca en este vino por su elegancia y complejidad. El reconocido enólogo argentino ha logrado posicionar su rosado en el panorama internacional, obteniendo reconocimientos tan relevantes como la medalla de Decanter. Un vino que representa la innovadora apuesta por rescatar y revalorizar variedades tradicionales gallegas. Precio: 36 euros.
Rosat Vi de Vila Gratallops, de Clos Mogador
Este complejo coupage de garnacha, cariñena y macabeo del Priorat refleja la biodiversidad de la finca que le da nombre, trabajada según viticultura regenerativa y biodinámica, sin uso de productos químicos y con máximo respeto a la biodiversidad. Su larga fermentación y crianza en foudre de madera vieja durante 12 meses le otorgan una complejidad única. Con aromas de frutos rojos, cítricos y notas minerales, en boca es seco, untuoso y de carácter mediterráneo, con buena acidez y un fondo salino con ligeros toques amargos. Un vino versátil y muy gastronómico que puede disfrutarse ahora, aunque su frescura y acidez auguran una larga trayectoria en botella. Precio: 34,90 euros.
La Maldición Clarete, de Cinco Leguas
El clarete madrileño de Marc Isart para Bodega Cinco Leguas está compuesto por un 85% de uvas malvar y 15% tempranillo. Con una nariz de intensidad media que evoca fruta madura, hierbas secas, manzana y heno, y una boca ligera, de tanino suave, que aporta estructura y una buena acidez que invita a seguir bebiendo, este vino destaca por su elegancia y complejidad. Fermentado durante 20 días con maceración de hollejos y criado cuatro meses en depósitos de acero inoxidable, representa la apuesta innovadora de Isart por recuperar las elaboraciones tradicionales del sur de Madrid, con una vuelta de tuerca. Precio: 9,25 euros.