Panfilia

Los pangramas se pueden describir como frases, inevitablemente absurdas, que contienen las veinticuatro letras del alfabeto. También se denominan holoalfabéticas y su involuntario surrealismo convierte muchas de ellas en memorables. Pongo ejemplos, claro. En el idioma inglés, que maneja con naturalidad la uve doble, la equis o la ka, la más común es The quick brown fox jumps over the lazy dog: El veloz zorro marrón salta sobre el perro perezoso. Tan normal que resulta una birria. Pero es que no vale, meten la uve doble en marrón cuando los demás nos vemos obligados a sacar y utilizar el whisky –que va a salir mucho– no solo como depresor. En francés tienen el Portez ce vieux whisky au juge blond qui fume: Llévenle este antiguo whisky al juez rubio que fuma. Lo que les faltaba a los jueces. En español jugueteamos con el whisky de igual modo en el célebre Jovencillo emponzoñado de whisky ¡qué figurota exhibe!; aunque usamos normalmente Veloz murciélago hindú comía feliz cardillo y kiwi. Por cierto que la planta del cardillo también es conocida como tagarnina, término o vocablo de insuperable ranciedad. Los italianos vuelven al inhibidor de inhibiciones con Quel vituperabile xenofobo zelante assaggia il whisky ed esclama alleluja!: Aquel vituperable xenófobo apasionado prueba el whisky y exclama ¡Aleluya! Curiosa la aleatoria precisión sobre la xenofobia; resulta vituperable, pero suele ser, en efecto, apasionada e irracional. Los consonánticos polacos disponen de uno perfecto en letra y música. Todo el alfabeto sin repetir grafema con canónico y alcohólico mensaje: Pójdźże, kiń tę chmurność w głąb flaszy: Vamos, echa tu tristeza en el fondo de una botella. Sí. W en polaco significa en. Las alemanas son la descojonación. Un mundo aparte. Franz jagt im komplett verwahrlosten Taxi quer durch Bayern: Franz cruzó Baviera a toda velocidad en el taxi completamente degradado. Ya sin el personaje de Franz, al que abandonamos con melancolía, pero con umlauts –el alfabeto alemán se compone de veintiséis letras más tres vocales umlauts: ü, ä, y ö– y la letra ß: Zwölf Boxkämpfer jagten Victor quer über den großen Sylter Deich: Doce boxeadores persiguieron a Víctor a través del gran dique de Sylt. Los doce boxeadores recuerdan a los dieciséis jueces del trabalenguas o shibolet catalán: Setze jutges d'un jutjat mengen fetge d'un penjat; si el penjat es despengés es menjaria els setze fetges dels setze jutges que l'han jutjat: Dieciséis jueces de un juzgado comen hígado de un ahorcado; si el ahorcado se descolgara, se comería los dieciséis hígados de los dieciséis jueces que le han juzgado. Es casi un relato corto. Como el de Cuando despertó el dinosaurio todavía seguía allí del que, como decía el otro, muchos hablan, pero pocos han leído. Siguiendo con trabalenguas, el holoalfabeto de nuestro país hermano asimismo lo parece. Eso o una canción cantada por Franz de Baviera: Jaz em prisão bota que vexa dez cegonhas felices: Yace en prisión la bota que veja a diez cigüeñas felices. En prisión la bota que veja. Heróis do mar, nobre povo! Es fenómeno. Supongo que se pueden elaborar, o ya se habrán elaborado, cientos en lenguas más o menos vernáculas. Conocí a un fulano que estuvo años redactando palíndromos. Cada vez más largos. No estaba bien el hombre. ¿Y a cuento de qué viene esto de los pangramas? No tengo ni idea. Supongo que debería relacionarlo con alguna cosa de actualidad y extraer una desoladora conclusión. El rearme, los tiempos oscuros, la mili, ¡el kit de supervivencia!... Y titular la columna ‘Mambrú’ y tal. Bueno, ya hay gente por ahí que es graciosísima y yo por un día que no diga pecaos…