NARCISISMO Y SOCIALMEDIA VOL30Es curioso cómo cuando vemos a alguien grabándose en la calle, hablando solo y exagerando gestos, sentimos una vergüenza ajena intensa, pero luego ese mismo vídeo en redes nos parece más normal. También nos puede dar vergüenza, pero la relativizamos más. La diferencia es que en directo no solo sentimos incomodidad, sino que percibimos a la persona como ridícula, fuera de lugar, mientras que en redes, aunque pueda seguir pareciéndonos absurda, el formato suaviza la sensación y la hace más digerible.
La edición, la música y los cortes dinámicos ayudan a darle un contexto más acorde al tipo de contenido que consumimos a diario, pero si alguien nos parece ridículo, lo seguirá siendo, con o sin filtros.
También influye la ruptura de la realidad, porque cuando presenciamos el proceso de grabación se nos cae la ilusión, como si viéramos a un mago preparando su truco antes de hacerlo. Además, ser testigo y ser espectador son cosas distintas, en la calle nos sentimos parte de algo que no hemos elegido ver, mientras que en redes ya estamos en modo consumidor y, aunque algo nos incomode, no nos genera la misma sensación de rechazo.
A esto se suma el factor social, porque cuando estamos con alguien y presenciamos la escena solemos compartir la vergüenza ajena con miradas o comentarios, pero cuando lo vemos en redes no hay ese refuerzo externo y lo procesamos de otra manera.
# Ver vídeos
La cámara lenta del día.