La crecida de los ríos mantiene en alerta a municipios de Toledo, Madrid y Ávila
Un centenar de familias del municipio castellanomanchego de Escalona permanecen desalojados por el aumento de caudal del Alberche: “Todo estaba flotando”


El camino de la Torre antes era una avenida, con sus casas bajas, sus farolas y sus contenedores de basura y este sábado era simplemente un río. En esta calle del municipio toledano de Escalona (3.801 habitantes), el río Alberche ha ensanchado imponente su cauce hasta alcanzar a 200 viviendas de la ribera, a las que desde hace dos semanas no se puede acceder, y ha obligado a desalojar 100 de ellas, según ha asegurado a este diario su alcalde, Álvaro Gutiérrez. La borrasca Martinho que ha mantenido en alerta a decenas de puntos de España esta semana, todavía amenaza con más agua y crecidas en diferentes zonas de Toledo, Madrid y Ávila, aunque los cauces de los ríos en estos dos últimos puntos se habían estabilizado durante el sábado. En Escalona y otros cinco municipios de la cuenca del Alberche, las familias que todavía quedan, lo hacen mirando al cielo. Con la capacidad de los embalses al límite y la cantidad que van soltando las presas cercanas, temen que el río se coma la parte baja de su pueblo.
Para entender cómo dos centenares de casas han quedado cubiertas por el agua en Escalona es necesario comprender que el caudal medio de este río a su paso por el municipio es de 14 metros cúbicos por segundo. “Este sábado esa cifra ha escalado a los 400, es algo absolutamente extraordinario″, ha enfatizado su alcalde. De manera que el Alberche ha multiplicado casi por 30 su fuerza, por todo lo que ha llovido desde hace dos semanas y que en las últimas 24 horas ha superado cualquier pronóstico. Solo en esta madrugada han tenido que desalojar a 40 familias, cuando lo habían hecho 60 en los últimos días. “La situación es estable, aunque el peligro no ha pasado, todo depende del agua que caiga en los embalses en forma de precipitaciones o por deshielo”, explicó Gutiérrez a última hora de la tarde del sábado.
Antonio y su mujer cargaban este sábado por la tarde los pocos electrodomésticos que les cabían en su furgoneta, además de lo esencial: dos televisores, ropa de los niños, algunos juguetes y maletas con ropa. Estaban decididos a salir, como han hecho otro centenar, de sus casas cerca del río para refugiarse en la de un familiar en Madrid. “Mi hermano ha perdido ya su casa más abajo, todo estaba flotando, el río le ha pasado por encima. Menos mal que los bomberos lo sacaron de ahí con el agua a la cintura”, comenta Antonio. Ha puesto algunos sacos de tierra en la entrada, aunque sabe que eso no frenará la corriente del Alberche, que aunque este sábado circula en calma, teme que si hay más desembalses arramble con todo a su paso.

Algunos operarios del Ayuntamiento de Escalona, técnicos sanitarios del Sescam (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha) y funcionarios de Protección Civil revisaban algunas de las casas más afectadas para asegurarse de que no quedaba nadie. “Hay gente a la que avisamos a las 5 de la madrugada de este sábado y que todavía esta tarde aún no se han ido. Esperemos que no suba más el agua y no sea demasiado tarde”, cuenta una operaria que prefiere no dar su nombre, con el agua por la rodilla. Se asoman por las ventanas, se suben a las vallas y les ofrecen alojamiento en el Polideportivo municipal, que se ha convertido este sábado en un albergue provisional para algunas familias. Pocas, solo cinco, han decidido pasar la primera noche ahí, pues según cuentan los técnicos, muchos de los residentes en esta urbanización tienen familiares en Madrid (a una hora en coche), en el pueblo o estas viviendas eran solo una segunda residencia.
La mirada está clavada en lo que suceda en el embalse del Burguillo, en las faldas de la Sierra de Gredos, entre Ávila y Toledo, cuya presa este sábado vaciaba con fuerza agua hacia el Alberche. Otro de los embalses afectados es el de Picadas y el pantano de San Juan. Entre los tres y, dependiendo del agua que desagüen al río Alberche, será la que circule por este punto del municipio toledano de Escalona. Un total de 25 embalses pertenecientes a la demarcación del Tajo en las provincias de Guadalajara, Madrid, Toledo y Cáceres superan el umbral de aviso rojo, mientras que este sábado han desembalsado de forma significativa 19 presas, informaba a media tarde Efe.
La delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha, Milagros Tolón, ha puesto “toda la ayuda” del Ejecutivo central a disposición de las poblaciones afectadas por las crecidas de los ríos Tajo y Alberche en la provincia de Toledo. Tolón ha visitado Talavera de la Reina (84.000 habitantes), una de las zonas que más preocupan por la crecida del río Tajo a su paso por la ciudad, que ya alcanza velocidades superiores a los 1.000 metros cúbicos por segundo. El alcalde de Talavera, José Julián Gregorio, ha ofrecido a poblaciones cercanas como Cazalegas o Pepino recursos municipales por si hubiera que realizar evacuaciones.
14 comunidades en alerta
La borrasca Martinho ha continuado afectando este sábado a buena parte de España, con 14 comunidades en aviso por viento o nieve, además de los caudales de los ríos en Toledo, Ávila y Madrid. En Ávila, que amaneció el lunes con su parte baja inundada, la situación se ha estabilizado este sábado. El gran temor provenía de la sierra, por si un posible deshielo pudiera provocar más crecidas del río Adaja y el Chico, que confluyen en un barrio residencial pegado a la plaza de toros, que todavía este sábado continuaba achicando agua de los garajes. El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, que ha visitado la localidad, ha decidido mantener el nivel 2 de emergencia, aunque ha destacado que las previsiones apuntan a un descenso de las temperaturas, lo que ha calmado a la población: “A corto plazo no hay riesgo por deshielo, aunque es necesario seguir vigilantes y pendientes”.
En este punto de la localidad, la guardería Mafalda, en la zona sur de Ávila, amanecía con los destrozos que provocó la crecida de ambos ríos el viernes de madrugada. El suelo de tarima levantado casi medio metro, como si un animal se hubiera colado por debajo de la puerta; los juguetes que el agua dejó flotando por el jardín, amontonados en un rincón; los pañales embarrados, los muebles todavía húmedos, las puertas infladas que no cierran. En pie han quedado algunos de los dibujos pintados con acuarela que los niños (el centro tiene alrededor de 45 alumnos) habían tendido para que se secaran en el aula principal. Su dueña, Montse, cuenta que pese al temor que persiste a una nueva crecida del río, ha dormido “tranquila”: “Después de pasar todo el viernes achicando agua, ¿qué más puede pasar? Ese día el agua nos llegaba más arriba de la rodilla. Menos mal que fue por la noche y no estaba esto lleno de niños”, cuenta a EL PAÍS desde la entrada al centro, uno de los más antiguos del municipio, que ha atendido ya a tres generaciones de abulenses.

Algunas zonas de Andalucía, Aragón, Asturias, Islas Baleares, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cataluña, Galicia, Comunidad de Madrid, Región de Murcia, País Vasco, Comunitat Valenciana y Canarias han seguido en aviso hasta media tarde de este sábado. Lo peor, según la Aemet, es el riesgo importante por fenómenos costeros en Asturias, Cantabria, Galicia y País Vasco, donde distintas zonas están en aviso naranja, con olas de 5 a 8 metros. La Agencia Estatal de Meteorología ha pedido especial precaución en la zona norte peninsular, donde las cotas de nieve bajarán en torno a los 800 y 1.200 metros en la meseta norte y norte peninsular, mientras que en el sur y vertiente mediterránea se situará entre los 1.000 y 1.400 metros.
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